Soneto I
(A mi trajín diario)
A mi trajín diario, de repente,
entre voces de niños y libretas,
llegan tus aires cargados de sorpresas
que entretienen mis labios tiernamente.
Mis alumnos, con gesto displicente,
se mueven intranquilos. -¡Si los dejas
bailarían en clase con las mesas!
¡Saben asirse a un gesto sonriente!
He de avisar a los aires que me mandas,
y a las palabras que guardo en mi maleta
que no paseen en clase por mi cara;
-me alegran a menudo la mirada-
Y hay quien ríe, canta y aprovecha
para colgar su saber de las ventanas.
-me alegran a menudo la mirada-
Y hay quien ríe, canta y aprovecha
para colgar su saber de las ventanas.
Tierna, como pocas!!!
ResponderEliminarComo me gusta leerlas, no puedes tener una idea!