lunes, 31 de octubre de 2011

San Martín del valledor



Me han emocionado tus palabras. Tienes razón, no sólo se ha quemado una casa, se ha quemado un mundo de recuerdos, de ilusiones, de esperanza , de abrigo. Un montón de platos calientes del exquisito pote de Amparo, que todo el que necesitó siempre tuvo. Se han quemado las huellas de miles de personas que por allí pasaron y encontraron un hogar cálido en aquella cocina en la que había sitio para todos. Se han quemado las paredes que guardaban pensamientos y sentimientos de cuanta gente allí se cobijó.Aunque estuviese vacía, aún perduraba en ella el olor a café recién hecho que dormía entre sus viejas paredes. Se ha quemado la voz de Paco padre y de Paco hijo, siempre atenta a complacer y a tener una palabra de aliento para el que la necesitase. Se ha quemado el espíritu de Amparo que siempre con su mandil impecable paseaba de la cocina a la huerta y de la huerta a la cocina, mientras su pote, obediente, parecía que sabía bien lo que tenía que hacer. ¿Cómo se puede recuperar tanta pérdida?, ¿cómo?Yo no lo sé. Es fácil construir una casa, llenarla de todo lo que es necesario para hacerla habitable pero, ¿dónde habrá ido a parar la felicidad que en ella vivía?, ¿ a dónde habrá ido, Amparo, a dónde habrá ido, Paco, a dónde? No quiero que me pase el dolor. No quiero olvidarme del olor que subía de la huerta en cualquier época del año. No quiero. No, no quiero que nunca se me olvide ni uno sólo de los rincones que se forjaron a lo largo de tantos años en ti, querida casa de San Martín.


Ycíar

viernes, 28 de octubre de 2011

San Martín del Valledor (Otoño)

S. Martín del Valledor



(Otoño)

El valle sube a mi encuentro
y mientras bajo juega con él la niebla
y lo desviste,
ladrona enamorada,
que no resiste tanto verdor,
y lo engulle,
y traga,
y piensa en la retama
tan insolentemente amarilla
de la tarde,
y la traga también,
y el camino.
Cuando la aprietan las faldas
de los montes,
huye descalza
y desnuda se escurre
y contornea sus caderas rezagadas;
entonces,
sube el olor por el tobillo del valle
hasta el alma que baja
y miles de verdes y amarillos se inquietan,
y hablan,
y cambian de postura,
y canturrean los rosas,
y los malvas,
y los rojos riojanos de estambres azules,
y las blancas jaras,
y los marrones dorados
y las ocres retamas.
Y el cuadro pintado se cotiza en las almas
cuando suben,
cuando bajan.
Y se extienden los brazos,
y se pierden miradas,
y se buscan pinceles,
y se añoran albas.



Ycíar








domingo, 23 de octubre de 2011

martes, 11 de octubre de 2011