Triste hueco
No necesito relojes, que me controlen el tiempo,
van demasiado deprisa,
mi pensamiento... es más lento.
Rememora cada instante,
cada mirada o encuentro,
cada palabra perdida,
cada olor;
el sentimiento que se deja traslucir
en un simple y banal gesto.
Las horas mundanas corren.
¡No es bueno medir el tiempo!
Mis pensamientos tranquilos
saborean el momento,
lo alargan a su capricho,
agrandan todo lo bello,
convierten gestos ambiguos
en sueños dulces y tiernos
que caminan libremente
por la senda de mi aliento;
por la orilla de mi alma,
por las flores de mi huerto,
por la piel de tu mejilla,
la que ahora, un sentimiento acaricia
¡y no lo sabes!
mas...algo alegra tu pecho.
Es la ilusión que ha dejado
mi atrevido sentimiento
que sin pedirte permiso,
tomó tu alma como aposento,
bebió en el caudal de tus venas,
dejó perfume en tu pelo
y voló hacia el son de mi guitarra
percibiendo triste hueco...
¡No lo llenes con dolor!
Él, crisol de vida sincero,
volverá cuando lo llames,
cuando salgas a su encuentro,
cuando cálida semilla
vea brotar en tu pecho.
Volverá...y de ternura,
de ilusión, de amor, de besos...
llenará y hará feliz, si es que existe,
triste hueco.
No necesito relojes, que me controlen el tiempo,
van demasiado deprisa,
mi pensamiento... es más lento.
Rememora cada instante,
cada mirada o encuentro,
cada palabra perdida,
cada olor;
el sentimiento que se deja traslucir
en un simple y banal gesto.
Las horas mundanas corren.
¡No es bueno medir el tiempo!
Mis pensamientos tranquilos
saborean el momento,
lo alargan a su capricho,
agrandan todo lo bello,
convierten gestos ambiguos
en sueños dulces y tiernos
que caminan libremente
por la senda de mi aliento;
por la orilla de mi alma,
por las flores de mi huerto,
por la piel de tu mejilla,
la que ahora, un sentimiento acaricia
¡y no lo sabes!
mas...algo alegra tu pecho.
Es la ilusión que ha dejado
mi atrevido sentimiento
que sin pedirte permiso,
tomó tu alma como aposento,
bebió en el caudal de tus venas,
dejó perfume en tu pelo
y voló hacia el son de mi guitarra
percibiendo triste hueco...
¡No lo llenes con dolor!
Él, crisol de vida sincero,
volverá cuando lo llames,
cuando salgas a su encuentro,
cuando cálida semilla
vea brotar en tu pecho.
Volverá...y de ternura,
de ilusión, de amor, de besos...
llenará y hará feliz, si es que existe,
triste hueco.
Ycíar
En casi todos tus poemas, adivino entre lineas a quien van dirigidos y lloro y lloro, porque son puro sentimiento.
ResponderEliminarA traves de ellos te voy conociendo.
¡Eres una gran maestra!
¡Eres una gran mujer!
¡y yo una gran llorona! ja ja
Un abrazo
Marta