En la tierna mirada de tus ojos,
En la tierna mirada de tus ojos,
en la leve sonrisa de tu cara,
en el gesto de amor con que me miras,
descubro cada día que me amas.
Aunque a voces no puedas ya gritarlo,
aunque sólo yo oiga tus palabras,
la alegría por dentro me invade
porque siento, amor mío, que me amas.
Hasta el aire que respiro en nuestra casa,
hasta el viento que acaricia la ventana,
al oído me dice ¡qué dulzura!
que me amas, ¡DIOS MÏO!, que me amas.
En la tierna mirada de tus ojos,
en la leve sonrisa de tu cara,
en el gesto de amor con que me miras,
descubro cada día que me amas.
Aunque a voces no puedas ya gritarlo,
aunque sólo yo oiga tus palabras,
la alegría por dentro me invade
porque siento, amor mío, que me amas.
Hasta el aire que respiro en nuestra casa,
hasta el viento que acaricia la ventana,
al oído me dice ¡qué dulzura!
que me amas, ¡DIOS MÏO!, que me amas.
Ycíar
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