Querido amigo:
Yo no sé escribir a nadie, sino a ti.
Para el cielo,
para el mar,
para el monte,
para el águila que dibujan tus poemas
¡cuántas palabras viven!
Para el hombre,
para la mujer,
para la ternura de un niño en la cuna
¡cuántas palabras nacen!
Yo no sé escribir a nadie, sino a ti.
En el fondo de mi huerto,
a los pies de mi árbol grande,
ha nacido la primavera que sembraste;
por ella corre la flor que te quiero enviar en cada escrito,
por ella corre la gracia con que quiero acompañar mi paso
Yo no sé escribir a nadie, sino a ti.
Yo no quiero escribir a nadie, sino a ti.
Ycíar
Yo no sé escribir a nadie, sino a ti.
Para el cielo,
para el mar,
para el monte,
para el águila que dibujan tus poemas
¡cuántas palabras viven!
Para el hombre,
para la mujer,
para la ternura de un niño en la cuna
¡cuántas palabras nacen!
Yo no sé escribir a nadie, sino a ti.
En el fondo de mi huerto,
a los pies de mi árbol grande,
ha nacido la primavera que sembraste;
por ella corre la flor que te quiero enviar en cada escrito,
por ella corre la gracia con que quiero acompañar mi paso
Yo no sé escribir a nadie, sino a ti.
Yo no quiero escribir a nadie, sino a ti.
Ycíar
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