domingo, 25 de enero de 2009

¡Oh!... ¡Mar!




Mar


Te he visto gritar despeinado,
como loco en el camino
que perdió su caminar.
Mas..., ¡qué bello eres!
Te he visto con el pelo rizado
por la risa del viento,
por la linda sonrisa de tanto admirador.
¡Qué bello eres!
Engreída e ingenua
tu canción sabe a nanas,
a ansia de brazos que saben amar.
Y siembras risas,
y siembras gozos,
y encuentras al niño
del viejo al pasar.
Y..., ¡qué bello eres!

Y..., ¡qué bien se respira
al oír tu cantar!

Cuando ofreces colores,
cuando muestras secretos,
cuando lloras y gimes
¡Oh!...¡Mar!

Ycíar

¡Duérmete mi niño!

¡Duérmete, mi niño!


Frótate los ojos
con cuidado y duerme,
que en tu ventana
ya no hay sol ardiente.
Hay estrellas lindas
y luna repleta
de palabras dulces,
de sonrisas tiernas.
Duérmete despacio
por la noche arriba,
duérmete sin prisa,
yo seré tu guía.
¡Duérmete!, y tu mano
déjala en la mía,
oirás sus pasos,
por tu cabecita.
¡Duérmete!, y las notas
de esta cancioncilla
saldrán de mis labios
y te harán cosquillas.

Ycíar



martes, 20 de enero de 2009

Calma, paz, calma

Calma, paz, calma


Hoy se fue el sol de viaje fugazmente,
sin avisar
y yo no he cerrado las ventanas.
La luz que las atraviesa indiferente,
a mi clamor sin ansia
le da calma.
Calma, paz, calma
que me entretiene mientras duermo
y me ayuda con el riego de las plantas.
Y cuando sillas, mesas,
paredes y encerados se tapan los oídos...
¡Cómo se escapan y se ordenan los ruidos
y las extrañas palabras que no saben ni por qué se exaltan!
Calma que discurre por los bordes de mis ojos,
que yo acreciento pensando en ti,nostálgica.
¡Y cómo recorre mi sonrisa
y frena mi palabra
y me trae secretos en las noches
que de ti hablan:
que si un día me has dicho...
que si hoy me llamas...
que si ayer me escribiste...
que habitas en mi casa...!

¡Mi calma crece como hierba
entre tus palabras,
entre tu esperar vestido de alegría,
entre tu confianza,
entre tu abrazo caluroso,
entre tu plegaria.
entre tus azules versos...
crece mi alma.
Ycíar

lunes, 19 de enero de 2009

A través de los cristales

A través de los cristales



A través de los cristales
veo la lluvia, cómplice de mis deseos,
cayendo para mí
mientras sonrío.
A través de los cristales,
la lluvia se estrella sin calor,
y sin estruendo
vuelve a estrellarse blandamente.
Las gotas casquivanas
son atrapadas por hojas ansiosas
que el viento ladea.
Vestida con gesto indiferente
dejo sonreír el alma
y te miro.
-Creo que sólo las nubes del alma saben dónde miro.
Pienso en el tacto agradable
de la lluvia caliente que no moja.
Los labios me cosquillean.
-A menudo las nubes del alma también sonríen
ante el cosquilleo de los labios
y de mi frente.
Yo te sigo mirando,
Mas no sé dónde miran mis ojos.

A través de los cristales,
la lluvia me borra el gesto indiferente
y me entorna los ojos.
Sé entonces de olores de ternura,
de colores de ensueño,
de placidez infinita
y de amor de Dios.
Mi corazón colmado de cariño
piensa en un huerto de rosas
de olor a pétalos azules,
donde quiere dormitar el tiempo,
donde los pétalos cantan,
donde van a parar mis anhelos,
y suspiro por él,
pero pienso en ti.
Ycíar

jueves, 15 de enero de 2009

¡Ay, papi! (Para los más pequeños)

¡Ay, Pipo!


Dijo el gorrión a su hijito:
Pipo, come, Pipo,
come estas miguitas tiernas.
No, papi,
no son pequeñas,
mira qué grande es esta miguita tierna.
No, Pipo, es pequeñina,
caben diez en tu barriga.
Bien...
Una, dos, tres, ocho, nueve...
¡Ay, Pipo!
Eso es mentira,
después del tres viene el cuatro,
el cinco, el seis, el siete...
¡Ay, papi!
¡Ay mi barriga!
¡Que me explota,
que me arde,
que me quedo sin barriga!
¡Ay, papi,
ay mi barriga,
qué llena está de estas migas!

Cómprame, papi, unas “chuches”
que me sanen la barriga,
pero cuéntamelas tú,
no quiero decir mentiras.


Ycíar

lunes, 5 de enero de 2009

Hoy

ME SIENTO FELIZ

Me siento feliz, radiante
de oír tu voz nuevamente,
no quiero pensar si es cierto
o lo imagina mi mente.
Hoy, amor, hoy oí
tus consejos, tus palabras,
y aunque verte no te vi,
muy dentro, dentro de mí
te imaginé y presentí,
y aunque no estás junto a mí,
siempre estarás donde vaya.
Ycíar

domingo, 4 de enero de 2009

Tres momentos del día


TRES MOMENTOS DEL DÍA


Poco a poco habías entrado en mi vida
como el mar Cantábrico
entra en sus playas:
sin prisas,
sin pausas,
sin exigencias,
con constancia.
Tus cálidas manos,
-sus templadas aguas-
fueron puliendo mis temores.
Mi áspera corteza
también abandonó prestancia.

A menudo se me apetece correr
y así segregar endorfinas.
A menudo se me apetece soñar contigo
y así ayudar al alma.

Tan bellas son las sensaciones
que al pensar en ti me embargan
que, sin quererlo, mis versos
la rima asonante hallan.
Y es que tú, en mi poesía,
eres autor de sus pautas,
de su ritmo, de su acento,
de su letra y mi palabra.
Ycíar