Anoche
Anoche soñé contigo,
¡qué noche más insinuada!,
¡qué bien olían los
montes
de mis montañas nevadas!
Nunca paz, dicha ni
calma
llenaron tanto mi alma.
Anoche soñé contigo
y en tu pecho, relajada,
dejé dormir mi semblante
que tu mano acariciaba.
Miradas dulces y cálidas
de color verde enviabas
y melodías hermosas
a mi oído musitabas.
Mi corazón se hacía
grande
sintiendo besada el alma
por el aura prodigiosa
que de tu cuerpo
emanaba.
Anoche soñé contigo
y el albor oyó gemir a
tu llanto,
llorabas porque
marchaba,
reías porque volvía,
silbabas porque
olvidabas.
Anoche soñé contigo
¿Dormida?
¡Despierta estaba!
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