sábado, 25 de mayo de 2013

Mis manos



Mis manos

Creo que mis manos
siempre fueron afanosas.
Vivieron preocupadas
saltando y multiplicándose con gracia
por la casa;
entrando y saliendo de cajones,
jugando entre colchas y almohadas.
¡Cuántos libros ojearon
y cuánto mimaron mis plantas!
A veces se miraban asustadas
al llegar el domingo;
-el descanso las aturdía y agobiaba.

¿Qué querrían mis manos, qué ansiaban?
¡Si de todo tenían!
¡¡Si a todo llegaban!
¡Si de noche dormían!
¡Si de día cantaban!
¿Qué querrían mis manos, qué ansiaban?

Hoy mis manos afanosas
no han querido correr por la casa,
ni abrir las ventanas
ni mimar las plantas.

Quizá han pensado que no tienen prisa,
que nadie las llama.
¿Para qué apurarse si no estás en casa?
¡Si no está tu pelo!
¡Si no está tu cara!
¡Si no están tus manos para acariciarlas!
Ycíar

No hay comentarios:

Publicar un comentario