PALABRAS MÍAS
¿Dónde estáis palabras mías
que hoy no regáis mi senda?
¿Dónde fluye vuestro eco
que en mi corazón resuena?
¡Cómo os echo de menos!
¡Qué lejos estáis de mi puerta!
Ayer besabais mi mano,
mi cara, mi amor, mi tierra.
Hoy ni tierra, ni amor, ni mano os tienta.
¿Tan escondidas quedasteis
que no podéis... salir?
¡Un momento sólo!
Qué lejana es la respuesta...
Melancolía y tristeza
ocupan el lugar vuestro
¡Qué bien lo llenan!
Donde quiera que os sueño, corro,
mas..., ¡vana quimera!
No sois mías...
El perfume no deleita.
Venid de noche un momento
despacio a mi cabecera;
paseaos por mi frente,
dormid, ¡por Dios a mi vera!
Acariciadme el alma,
¡bebed mis lágrimas frescas!
Las de ayer frías dejadlas, sobran...,
tibias las tenéis, ¡de hoy!
¡¡Sorbedlas!!
Ycíar
¿Dónde estáis palabras mías
que hoy no regáis mi senda?
¿Dónde fluye vuestro eco
que en mi corazón resuena?
¡Cómo os echo de menos!
¡Qué lejos estáis de mi puerta!
Ayer besabais mi mano,
mi cara, mi amor, mi tierra.
Hoy ni tierra, ni amor, ni mano os tienta.
¿Tan escondidas quedasteis
que no podéis... salir?
¡Un momento sólo!
Qué lejana es la respuesta...
Melancolía y tristeza
ocupan el lugar vuestro
¡Qué bien lo llenan!
Donde quiera que os sueño, corro,
mas..., ¡vana quimera!
No sois mías...
El perfume no deleita.
Venid de noche un momento
despacio a mi cabecera;
paseaos por mi frente,
dormid, ¡por Dios a mi vera!
Acariciadme el alma,
¡bebed mis lágrimas frescas!
Las de ayer frías dejadlas, sobran...,
tibias las tenéis, ¡de hoy!
¡¡Sorbedlas!!
Ycíar
El atardecer de los domingos se ha vuelto meláncólico en estos últimos años. Las calles de nuestra pequeña ciudad, medio adormilada, no parpadean alegres. Entonces, en esos momentos, como digo melancólicos, no existe para mí mayor placer que leer tus hermosos poemas, que leo y releo, memorizo y me lleno de envidia pensando que no soy ni seré nunca capaz de plasmar tanta belleza y con tanto y hermoso contenido.
ResponderEliminarAdmirándote siempre.
Juan Cuadrado