lunes, 1 de diciembre de 2008

Porque no llegaste

Porque no llegaste

Trabajé con ahínco todo el día
esperando la llegada de la tarde,
con ella recobraba tu presencia
-luz del día en el camino de tu madre-
Llegué presurosa y despeinada
a prepararte, cariño, buena cena,
mas llamas, no vuelves hoy a casa
y en la cara se dibuja mi gran pena.
No quiero, hija, que veas mi semblante,
ni que sepas que mi alma, si no llegas,
triste está cual cándida paloma
que mira el palomar sin una hierba,
que no quiere entrar porque está frío,
que no quiere cenar porque está sola.
Ycíar

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